Temas de los que no debes hablar ni siquiera con familiares y amigos
Las personas siempre intentan ser honestas y sinceras con sus familiares y amigos. Sin embargo, no siempre esto beneficia sus relaciones. Hay momentos sobre los que no debes hablar incluso con tus seres queridos.
- Nivel de salario. Es un tema prohibido. No importa cuánto ganes, ya sea por encima del promedio o el mínimo para vivir. Cuando mencionas una cantidad, les estás dando a tus familiares y amigos la oportunidad de planificar tu presupuesto y gastos a su manera.
- Gastos. Cada persona tiene sus propios deseos. No importa cuánto ganes, ya que tienes el derecho de gastar tu dinero como consideres adecuado. Pocos familiares comprenderán si estiras el salario mínimo durante un mes y luego te permites cenar en un restaurante caro.
- Deudas pendientes. Cuando tienes deudas impagas y obligaciones crediticias, suelen ser una carga. Sin embargo, no te apresures a hablar de ellas con tus seres queridos. Probablemente no recibirás ayuda, y en cambio, enfrentarás condena y recriminaciones que no te animarán.
- Hábitos perjudiciales. Nadie es perfecto. Algunos no pueden cenar sin su copa de vino favorita, mientras que otros no pueden imaginar su vida sin cigarrillos. Sea cual sea tu hábito perjudicial, no es necesario involucrar a tus seres queridos en ello.
- Problemas personales. Todos tienen problemas, pero debes resolverlos por ti mismo. Por muy buenas que sean tus relaciones con familiares y amigos, es mejor no involucrarlos en tus problemas personales.
- Avances en la carrera. Si te han prometido un ascenso si la empresa sigue yendo bien, no necesitas contarlo por adelantado. Trabaja para obtener resultados y luego comunícalo cuando te hayan ascendido.
- Compras. ¿Quieres comprarte una nueva consola de videojuegos? No necesitas contarlo. Date un gusto a ti mismo. Es probable que tus familiares no comprendan esa compra.
- Planes de trabajo. ¿Estás cansado de tu trabajo? ¿Quieres cambiar de profesión y de entorno laboral? No es necesario discutir tus intenciones con familiares. Tienen su propia opinión, que no siempre te beneficiará. Realiza tus cambios en silencio y todo será como tú lo deseas.
- Planes de vacaciones. Trabajaste mucho y ahora es el momento de descansar. No te ilusiones pensando que puedes contarles a todos tus planes y luego disfrutar tranquilamente.
- Futuros cambios. ¿Quieres cambiar algo en tu vida? ¿Un nuevo apartamento? ¿Boda? ¿Mudanza? ¿Educación? ¿Negocios propios? No importa cuán ambiciosos sean tus planes, guárdalos para ti. Simplemente trabaja duro hacia tu objetivo y cuéntalo cuando lo hayas logrado.
Sin duda, familiares y amigos son personas cercanas y queridas para cada uno. Pero será mucho más agradable hablar de planes realizados y metas alcanzadas en lugar de sueños lejanos e incumplidos.
